La Teoría de las Inteligencias Múltiples de Howard Gardner
Las dos emociones más inútiles: culpabilidad y preocupación
http://taispd.com/las-dos-emociones-mas-inutiles-la-culpabilidad-y-preocupacion/
Búscate una loca de remate!
Búscate una loca, de las de remate.
De las que cuando piensas que ya no puede hacer algo más estúpido, va y te sorprende con algo inesperado.
Busca a quién se ría a carcajadas, sin importarle dónde se encuentra o quién tenga alrededor.
Quién te cuente chistes malos y haga bromas tontas sin que puedas evitar y no sepas por qué.
Que cante por la calle con la música de algún coche e intente que tú también lo hagas. Que baile bajo la lluvia sin preocuparse por su peinado.
Búscate una pesada, una tocahuevos, de las que juegan con tus puntos débiles o manías sabiendo que consiguen desquiciarte, provocando en ti unas ganas locas de ahogarla, pero con abrazos.
Busca un irracional, humilde, sencilla y directa. Que llore, que grite, que tenga carácter. Que te monte numeritos pero que los compense con muy buenas escenas.
Que no sepas como va a reaccionar, que tenga múltiples personalidades y consiga enamorarte con cada una de ellas. Y que solamente puedas hacerla callar con besos.
Esa persona que hará todo lo posible por sacarte una sonrisa en los momentos más duros, que te dará la mano y no te soltará hasta que esté completamente segura de que no pierdes el equilibrio.
Quien no haga falta que te diga nada, porque con la mirada te lo dirá todo. Que te entregará todo desde el minuto uno sin pedir nada a cambio.
Busca una persona con quién pierdas la noción del tiempo y del espacio...
Búscate una loca...
De las que cuando piensas que ya no puede hacer algo más estúpido, va y te sorprende con algo inesperado.
Busca a quién se ría a carcajadas, sin importarle dónde se encuentra o quién tenga alrededor.
Quién te cuente chistes malos y haga bromas tontas sin que puedas evitar y no sepas por qué.
Que cante por la calle con la música de algún coche e intente que tú también lo hagas. Que baile bajo la lluvia sin preocuparse por su peinado.
Búscate una pesada, una tocahuevos, de las que juegan con tus puntos débiles o manías sabiendo que consiguen desquiciarte, provocando en ti unas ganas locas de ahogarla, pero con abrazos.
Busca un irracional, humilde, sencilla y directa. Que llore, que grite, que tenga carácter. Que te monte numeritos pero que los compense con muy buenas escenas.
Que no sepas como va a reaccionar, que tenga múltiples personalidades y consiga enamorarte con cada una de ellas. Y que solamente puedas hacerla callar con besos.
Esa persona que hará todo lo posible por sacarte una sonrisa en los momentos más duros, que te dará la mano y no te soltará hasta que esté completamente segura de que no pierdes el equilibrio.
Quien no haga falta que te diga nada, porque con la mirada te lo dirá todo. Que te entregará todo desde el minuto uno sin pedir nada a cambio.
Busca una persona con quién pierdas la noción del tiempo y del espacio...
Búscate una loca...
Evitar que el amor se marchitehttp://www.patriciaramirezloeffler.com/
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Hay que ser valientes en esto del amor“Te quiero cuando tienes frío estando a 21º, te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, te quiero cuando después de pasar el día contigo mi ropa huele a tu perfume y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches”
(Cuando Harry encontró a Sallly) |
¿Dispuesto a querer a una mujer que no cree en lo que siente?
" Se necesita mucho valor para amar a las mujeres marcadas por el pasado,
aquellas de carácter fuerte, pero de un corazón bueno.
Se necesita mucho amor para curar las heridas, las desilusiones y,
sobre todo, se necesita ser inteligente.
Por que son tan maduras y tan experimentadas,
que ya no creen en lo que sienten,
si no en lo que estés dispuesto a hacer por ellas..."
aquellas de carácter fuerte, pero de un corazón bueno.
Se necesita mucho amor para curar las heridas, las desilusiones y,
sobre todo, se necesita ser inteligente.
Por que son tan maduras y tan experimentadas,
que ya no creen en lo que sienten,
si no en lo que estés dispuesto a hacer por ellas..."
¿Crees en el príncipe azul?
Quiero estar soltera pero contigo
Hoy quiero sentarme frente a ti y decirte eso que he pensado durante meses: que quiero estar soltera, pero contigo. Puede que no muchos lo comprendan, que no entiendan esta relación que tenemos tú y yo, pero no es lo que me importa hoy. Quiero estar contigo, pero así, de esta manera en la que cada uno de nosotros despierta en los brazos del otro y luego hace sus propios planes para lo que queda del día. Quiero contarte sobre las cosas que he hecho, sobre lo interesante de esa conversación que tuve con un completo extraño cuando salí con mis amigas. Quiero enviarte mensajes de texto incluso, para que recuerdes que sigo pensando en ti. Quiero que me los respondas, como una confirmación de que tú también piensas en mí.
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Amar la soledad te convierte en mejor pareja
¿Por qué amar la soledad nos convierte en mejor pareja?
La soledad permite ese espacio tan preciado por muchos, y muy necesitado y demandado por otros. Concederse momentos apartados de nuestro ser amado, pero solo en tiempo y espacio, nunca en corazón, genera respeto mutuo. Todo ello implica los ingredientes perfectos para construir una relación cargada de amor incondicional. A los que nos encanta y necesitamos pasar tiempo con nosotros mismos comprendemos que esta peculiaridad y rasgo nos propicia el conocernos mejor y, en consecuencia, crear las herramientas y libertad para conocer a nuestra pareja. La soledad permite conectar con nuestra esencia Probablemente, así también podremos acompañar a nuestro compañero de vida al mismo destino: la mejor versión de nosotros mismos. Ya sea por amor, motivación, sinergia… La soledad nos permite entender que existen las prioridades y que no somos el centro del universo para ningún mortal. |
¿Sufrir por amor?
Cuento de Jorge Bucay para dar respuesta a esta pregunta:
Haz que no parezca amor.
Haz que no parezca amor.
Que es lo que se lleva ahora. Duelen tantas tripas en nombre de la libertad. Tú dices libre y yo digo cobarde. Cobarde todo aquel que no es capaz de comprometerse con el instante. Cobarde todo aquel que no esté presente cuando el otro está desnudo y vulnerable. Cobarde todo aquel que puso un límite desde el principio. Yo es que no quiero nada serio. Como si no fuera lo suficientemente serio estar dentro físicamente de otro ser humano. Yo es que no creo en las etiquetas. Como si ponerle nombre a las cosas fuera algo malo. Yo es que busco pasar el rato. Como si la vida fuera para siempre. Hay algo tan neurótico en nuestra manera actual de relacionarnos. Tan irrespetuoso con la vida. Tan impaciente. Y queremos más: más picante, más gorda, más grandes, más altos, más guapas, más fuertes, más delgadas. Nos aburrimos porque no nos soportamos a nosotros mismos. Porque no queremos que nadie nos conozca. Porque es más sencillo empezar de nuevo cada dos años vendiendo nuestra mejor cara. Porque es mucho más sencillo follar que limpiar lo follado. Porque tenemos miedo a que en el fondo seamos un auténtico fraude. A que cuando el otro arañe un poco vea que no hay nada. Nada serio. Y aquí seguimos rascando, cambiando cromos repetidos, poniéndonos ropa interior cara para que otros se limpien los pies al entrar. Haciendo del amor una servidumbre de paso. ¿No sientes a veces que tú vales más que todo eso que haces? Que tú eres un jodido milagro. Con tus ojos que todavía pueden ver. Con tu pies moviéndose para llevarte al lugar que quieras. Con tu boca capaz de dar las gracias. Con tu piel ocupando una plaza en el mundo. ¿No sientes a veces que tú te mereces más que lo poco que te hacen? Dos besos mal pegados. Tres minutos entre las piernas. Cinco embestidas. Y un WhatsApp: No me agobies. Lo más triste es que esta sociedad nuestra ha conseguido invertir los papeles. Ahora si dices que sientes algo, estás loco. Es muy pronto. Muy arriesgado. Poco inteligente. Dime tú, cómo lo haces para no sentir algo cuando lo haces. ¿Cómo se finge la vida? Cómo se hace para que nunca parezca amor. Y que simplemente parezca un accidente. |
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Por la eternidad bien entendida
“Ahora nuestro mayor miedo en las relaciones con otras personas es que pensamos que el hecho de que nos preparen el desayuno es que ya te están pidiendo matrimonio. Y es entonces cuando te vas a las cinco de la mañana después de hacer el amor en vez de quedarte y disfrutar del momento”.
“Solíamos jugar a ‘Novios por un día’. Este juego consistía en que a lo largo de toda la mañana y toda la noche éramos novios y nos entregábamos el uno al otro. Al terminar el día, se acababa. No había momento para dejarse nada ni para pensar en tonterías, porque al final del día ya no nos tendríamos. “Lo que se pierde, se pierde”, nos decíamos. Éramos tan felices queriéndonos así que solíamos repetir con bastante frecuencia. Al principio, una vez al mes; luego, una vez a la semana. Una vez estuvimos jugando cuatro años seguidos.” Pablo Arribas. |
En realidad, no es nada fácil desactivar el ego de la persona que amamos. Una vez descubrimos esta dimensión, es decir, una vez nos damos cuenta de que sus virtudes son en realidad armas de doble filo, y que utiliza su ego para crear expectativas en ti y someterte, ten claro que lo único que pretende es llenar sus propios vacíos mediante la dominación, mediante un apego poco saludable con el que cubrir su inmadurez.
Si tu pareja es un hábil artífice del “egoísmo” pon límites desde el principio y deja muy claro que amar no es juzgar, ni controlar, ni aún menos llenar los vacíos e inseguridades propias mediante la manipulación. Querer no es ofrecer cargas, sino crecimiento interior. Plenitud.Es preciso que empecemos a renunciar a hacer las cosas como nuestro ego quiere sino a disfrútalas como suceden. Es entonces cuando despertará nuestra verdadera conciencia del amor, esa que deja de luchar para dar paso a la espontaneidad del día a día, a una libertad donde no hay apegos y donde cada uno es dueño de sí mismo, y a su vez, parte de un proyecto en común.
Si tu pareja es un hábil artífice del “egoísmo” pon límites desde el principio y deja muy claro que amar no es juzgar, ni controlar, ni aún menos llenar los vacíos e inseguridades propias mediante la manipulación. Querer no es ofrecer cargas, sino crecimiento interior. Plenitud.Es preciso que empecemos a renunciar a hacer las cosas como nuestro ego quiere sino a disfrútalas como suceden. Es entonces cuando despertará nuestra verdadera conciencia del amor, esa que deja de luchar para dar paso a la espontaneidad del día a día, a una libertad donde no hay apegos y donde cada uno es dueño de sí mismo, y a su vez, parte de un proyecto en común.
"Tú", "Yo" y "Nosotros"
Creo que la única manera de que haya una relación medianamente sana es que exista un equilibrio (delicado y sutil) entre tres mundos: el mio, el de la otra persona y el mundo que creamos en común. En cuanto uno de esos tres deja de estar equilibrado… todo se va al traste. Para poder amar a la vez sin reservas y a corazón abierto pero con límites saludables hay que estar enamorado primero y ante todo de uno mismo. Si me miro en el espejo y no soy capaz de verme de verdad ¿cómo pretender que otro lo haga? ¿cómo puedo dar algo a esos niveles a otra persona si primero no me lo doy a mí misma? ¿cómo ver como es al otro y amarlo tal cual?
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Cabeza, corazón y tripa, tres formas de querer
Existen tres formas de querer:
con la cabeza, con el corazón y con la tripa. En la cabeza, querer se llama preferir; en el corazón, amar; y en la tripa, desear. O quieres con las tres, o estás destinado al caos. Para amar hay que amarse, y enamorarse de una persona destructiva es lo contrario de amarse a uno mismo. |
Si no les concedes tres cafés (cuando aún puedes), no desearás el cuarto. Igualmente, si ya te has enamorado, tú eliges si te dejas llevar o te impones. Para eso sirve la cabeza, para elegir, para recordarte que te enamores de lo que amas. ¿Cuál era tu ideal antes de conoceros? ¿Qué esperas de un compañero de viaje? ¿Qué querías? ¿Es esto? Tener claro lo que queremos es el mejor filtro. Merécete y no te conformes.Si pierdes el control, te pierdes a ti mismo; pero si te aferras demasiado al control, pierdes el disfrute. Equilibrio. La cabeza no puede ser nunca un freno, sino guía que nos diga cuándo controlar la pasión y cuándo liberarla;cuándo sacarla a bailar y cuándo dejarse llevar. El amor es un regalo demasiado grande como para no disfrutarlo.No estés con una persona porque sin ella mueres, sino porque con ella vives.
Al corazón muchas veces no le da tiempo a opinar. El corazón necesita minutos. El corazón es apego, vínculo, hábito, conexión, y requiere un tiempo que muchas veces no se le da. El corazón no entiende por qué es al último que preguntamos, o por qué si se traza un eje imaginario en nuestro cuerpo, él queda a un lado cuando la tripa y la cabeza quedan centrados; no entiende por qué no recordamos que la palabra cordura nació de él (cor-es corazón en latín), o que en inglés saber algo de memoria es sabido by heart ¿Es siempre más cuerdo el que más piensa? ¿Al lado de la razón no está la co-razón?
El corazón es tan necesario como la cabeza, pues el único antídoto contra el miedo es el amor, y tanto amor como miedo coinciden en algo: no atienden a razones. Cualquier argumento racional, ni mitiga el miedo, ni espanta al amor.
El amor es casi siempre paradoja.
Es ese “hielo abrasador”
o ese “fuego helado”
ue decía Quevedo,
o ese “ni contigo, ni sin ti”
de Sabina
o de Machado.
Al corazón muchas veces no le da tiempo a opinar. El corazón necesita minutos. El corazón es apego, vínculo, hábito, conexión, y requiere un tiempo que muchas veces no se le da. El corazón no entiende por qué es al último que preguntamos, o por qué si se traza un eje imaginario en nuestro cuerpo, él queda a un lado cuando la tripa y la cabeza quedan centrados; no entiende por qué no recordamos que la palabra cordura nació de él (cor-es corazón en latín), o que en inglés saber algo de memoria es sabido by heart ¿Es siempre más cuerdo el que más piensa? ¿Al lado de la razón no está la co-razón?
El corazón es tan necesario como la cabeza, pues el único antídoto contra el miedo es el amor, y tanto amor como miedo coinciden en algo: no atienden a razones. Cualquier argumento racional, ni mitiga el miedo, ni espanta al amor.
El amor es casi siempre paradoja.
Es ese “hielo abrasador”
o ese “fuego helado”
ue decía Quevedo,
o ese “ni contigo, ni sin ti”
de Sabina
o de Machado.
Elementos fundamentales de un amor completo:
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Los tres elementos son fundamentales en cualquier relación, si no se dan a la vez, la relación no funciona, le faltará algo siempre y antes o después una de las dos personas implicadas o ambas, sufrirán. No hay un amor, hay tres amores, y todos se tienen que dar a la vez.
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“Si no te aman, no ruegues ni te arrodilles.
El amor no se suplica ni se exige, sólo acontece.
Si no ocurre, te retiras dignamente y a otra cosa”.
-Walter Riso-
El amor no se suplica ni se exige, sólo acontece.
Si no ocurre, te retiras dignamente y a otra cosa”.
-Walter Riso-
Superar una ruptura de pareja
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Depresión: el perro negro
Cuando no hemos padecido nunca enfermedades mentales como la ansiedad o la depresión, no podemos llegar a imaginar por lo que pasan las personas que las padecen.
En su peor momento, la depresión puede ser una condición debilitante y terrorífica. Millones de personas en todo el mundo viven con depresión. Muchas de estas personas y sus familias tienen miedo de hablar de sus luchas, y no saben dónde acudir en busca de ayuda. Sin embargo, la depresión es en gran parte prevenible y tratable. Identificar la depresión y buscar ayuda es el primer y más importante paso hacia la recuperación. |
En colaboración con la OMS para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental, el escritor e ilustrador Mateo Johnstone cuenta la historia de superación del “perro negro de la depresión”, figura metafórica que utiliza para describir qué es y como se siente una persona con esta patología.
Si conoces a alguien que esté en esta situación y todavía no haya recurrido a la búsqueda de ayuda hazle llegar este video. También si al verlo tú mismo identificas que estás pasando por la compañía de este gran perro negro, ponte lo antes posible en manos de un profesional y empieza a vivir de nuevo.
Si conoces a alguien que esté en esta situación y todavía no haya recurrido a la búsqueda de ayuda hazle llegar este video. También si al verlo tú mismo identificas que estás pasando por la compañía de este gran perro negro, ponte lo antes posible en manos de un profesional y empieza a vivir de nuevo.
La depresión en la mujer
Las últimas investigaciones nos dan una serie de indicativos de por qué la mujer es más proclive a la depresión que el hombre:
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TOC = Trastorno Obsesivo Compulsivo
Pensamiento rumiante
Darle vueltas sin
parar a aquello que nos preocupa no sólo no sirve de nada, sino que es dañino y
causa fatiga emocional. Para salir del bucle existen técnicas que funcionan
siempre que seamos persistentes
Haga usted lo que haga y esté donde esté, siempre acaba pensando lo mismo. Ha dedicado al asunto, llamémosle X, el tiempo y la energía equivalentes a una tesis doctoral. Sólo que no ha logrado título alguno; tampoco ha conseguido avanzar ni emprender nada nuevo. Está atrapado. Los psicólogos se refieren a este estado con el término de pensamiento rumiante. Es tan gráfico que no requiere más explicaciones.
Cuando se está en modo rumiante, se lleva esa bola X -que cada vez se hace más grande- de un lado a otro, se amasa, se nutre con nuevas ideas, se pasa a otro lado de la cabeza, se rumia un poco más, y cuando se cree que al fin va a ser expulsada, nos la tragamos otra vez. Lo peor es que mientras se rumian asuntos del pasado o elucubraciones de futuro, el presente -lo único real- pasa veloz delante de nuestras narices.
Las mujeres son más obsesivas, pero buscan más rápido la solución
Cavilar gasta glucosa, el combustible del cerebro humano
El psicólogo Xavier Guix asegura en su libro Pensar no es gratis (Granica, 2009) que cavilar demasiado no resulta ni siquiera barato. Nos hace gastar tiempo y energía: una inversión que puede ser inteligente o desastrosa. ¿Qué se hace cuando una inversión es equivocada? Se liquida y se busca un plan B. ¿Por qué una solución que vemos tan clara en asuntos económicos se nos escapa en otros aspectos? ¿Por qué nos cuesta tanto pasar página y parar de dar vueltas? "Rumiamos para entender nuestras emociones y nuestra relación con los demás", explica Guix. "Somos seres narrativos y necesitamos contarnos las cosas para que tengan sentido", agrega.
Pero ¿cuál es el coste de rumiar?: en primer lugar, se gasta glucosa, el combustible del cerebro. Cuando alguien dice que está agotado de pensar, es literal. Además, estos pensamientos generan y despiertan distintos estados de ánimo. "Al pensar influimos en nuestra química cerebral, y los pensamientos no son neutros, porque están construidos con imágenes, sensaciones y voces que actúan como estímulos para nuestros estados internos. Es así como podemos alegrarnos o destrozarnos el día, a golpe de pensamientos", asegura Xavier.
Las mujeres rumian más, lo que las hace, en opinión del psiquiatra Jesús de la Gándara, más vulnerables a las crisis. También son más flexibles y rápidas buscando la salida de emergencia y la solución, apunta el experto. "El fenómeno tan femenino de darle mil vueltas a todo aumenta la permanencia de los problemas en la conciencia y causa fatiga emocional. Nos perturba más la opinión que tenemos sobre lo que nos pasa que el hecho en sí mismo", dice Gándara. Otros psicólogos señalan que el hábito de las amigas de reunirse y tener largas controversias y debates acerca de lo que les pasa es un refuerzo emocional de gran valor, pero echa más leña al fuego y no ayuda a olvidar. Cuanto más se nutre la obsesión, más fuerte se hace y más espacio ocupa en la mente.
"Lo curioso del pensamiento circular es que lo que hacemos para resolver el problema se acaba convirtiendo en el auténtico problema. Por ejemplo, si cada vez que estoy 'pillado' busco refugio en los amigos, les lleno la cabeza con mis angustias y agoto sus energías, lo más normal es que me quede sin ellos. Lo que antes era una solución se ha convertido en un problema", aclara Guix. El objetivo es entonces parar de dar vueltas. ¿No se supone que el ser humano es una máquina de olvidar? Sin embargo, cuando se está en medio del mare mágnum no resulta fácil. "Una de las funciones de la mente, en concreto de la memoria, es ayudarnos a sobrevivir, a no repetir situaciones que en el pasado nos han hecho sufrir o nos han traumatizado", apunta Xavier Guix.
Pero como el hommo sapiens es también un animal contradictorio, usa el mismo mecanismo contra sí mismo y se queda demasiadas veces atrapado en lo que pasó o perplejo ante lo que pueda venir. Parar puede servir, entre otras cosas, para preguntarse: "¿Para qué estoy utilizando mi pasado?". "El pasado puede servir para justificarse, para crear una identidad o para ahondar en la adicción a determinados estados de ánimo a los que nos hemos acostumbrado", explica el psicólogo.
Salir del pensamiento rumiante requiere un esfuerzo. No va a ocurrir por casualidad. Si la persona se deja llevar, volverán los mismos pensamientos de siempre. La clave está, según Xavier Guix, en poner una distancia cada vez mayor entre el pensamiento y el pensador. "Si vivo identificado con lo que pienso y siento, no hay nada que hacer. A medida que somos capaces de observar el proceso de ida y venida de nuestros pensamientos nos damos cuenta de su fugacidad. Al poderlos observar, tenemos más capacidad para intervenir en ellos y decidir dónde ponemos la atención".
Las llamadas técnicas de parada de pensamiento no sólo existen, sino que, además, funcionan. Con dos condiciones: persistencia y disciplina. Se trata de una herramienta para interrumpir el diálogo negativo que las personas mantienen consigo mismas y que genera emociones desagradables. El primer paso es identificar el malestar, saber cuáles son los pensamientos o la secuencia de pensamientos "malditos". Algunos expertos recomiendan incluso que se verbalicen en voz alta. Se trata de identificar exactamente lo que hace daño y, entonces, buscar otra actividad para interrumpir esta cadena de pensamientos. Otros psicólogos recomiendan que se escoja "un estímulo de corte", es decir, un estímulo intenso que se pueda producir a voluntad y permita dejar de pensar (un ruido fuerte, una palmada, un "¡basta!"). La psiquiatra clínica Elena Borges invita a cambiarse físicamente de lugar, a irse a otra habitación, por ejemplo, o a iniciar una conversación con otra persona. "Hay que entrenar la atención y ser capaces de dirigirla hacia donde queremos, y no a la inversa", recomienda Guix.
Haga usted lo que haga y esté donde esté, siempre acaba pensando lo mismo. Ha dedicado al asunto, llamémosle X, el tiempo y la energía equivalentes a una tesis doctoral. Sólo que no ha logrado título alguno; tampoco ha conseguido avanzar ni emprender nada nuevo. Está atrapado. Los psicólogos se refieren a este estado con el término de pensamiento rumiante. Es tan gráfico que no requiere más explicaciones.
Cuando se está en modo rumiante, se lleva esa bola X -que cada vez se hace más grande- de un lado a otro, se amasa, se nutre con nuevas ideas, se pasa a otro lado de la cabeza, se rumia un poco más, y cuando se cree que al fin va a ser expulsada, nos la tragamos otra vez. Lo peor es que mientras se rumian asuntos del pasado o elucubraciones de futuro, el presente -lo único real- pasa veloz delante de nuestras narices.
Las mujeres son más obsesivas, pero buscan más rápido la solución
Cavilar gasta glucosa, el combustible del cerebro humano
El psicólogo Xavier Guix asegura en su libro Pensar no es gratis (Granica, 2009) que cavilar demasiado no resulta ni siquiera barato. Nos hace gastar tiempo y energía: una inversión que puede ser inteligente o desastrosa. ¿Qué se hace cuando una inversión es equivocada? Se liquida y se busca un plan B. ¿Por qué una solución que vemos tan clara en asuntos económicos se nos escapa en otros aspectos? ¿Por qué nos cuesta tanto pasar página y parar de dar vueltas? "Rumiamos para entender nuestras emociones y nuestra relación con los demás", explica Guix. "Somos seres narrativos y necesitamos contarnos las cosas para que tengan sentido", agrega.
Pero ¿cuál es el coste de rumiar?: en primer lugar, se gasta glucosa, el combustible del cerebro. Cuando alguien dice que está agotado de pensar, es literal. Además, estos pensamientos generan y despiertan distintos estados de ánimo. "Al pensar influimos en nuestra química cerebral, y los pensamientos no son neutros, porque están construidos con imágenes, sensaciones y voces que actúan como estímulos para nuestros estados internos. Es así como podemos alegrarnos o destrozarnos el día, a golpe de pensamientos", asegura Xavier.
Las mujeres rumian más, lo que las hace, en opinión del psiquiatra Jesús de la Gándara, más vulnerables a las crisis. También son más flexibles y rápidas buscando la salida de emergencia y la solución, apunta el experto. "El fenómeno tan femenino de darle mil vueltas a todo aumenta la permanencia de los problemas en la conciencia y causa fatiga emocional. Nos perturba más la opinión que tenemos sobre lo que nos pasa que el hecho en sí mismo", dice Gándara. Otros psicólogos señalan que el hábito de las amigas de reunirse y tener largas controversias y debates acerca de lo que les pasa es un refuerzo emocional de gran valor, pero echa más leña al fuego y no ayuda a olvidar. Cuanto más se nutre la obsesión, más fuerte se hace y más espacio ocupa en la mente.
"Lo curioso del pensamiento circular es que lo que hacemos para resolver el problema se acaba convirtiendo en el auténtico problema. Por ejemplo, si cada vez que estoy 'pillado' busco refugio en los amigos, les lleno la cabeza con mis angustias y agoto sus energías, lo más normal es que me quede sin ellos. Lo que antes era una solución se ha convertido en un problema", aclara Guix. El objetivo es entonces parar de dar vueltas. ¿No se supone que el ser humano es una máquina de olvidar? Sin embargo, cuando se está en medio del mare mágnum no resulta fácil. "Una de las funciones de la mente, en concreto de la memoria, es ayudarnos a sobrevivir, a no repetir situaciones que en el pasado nos han hecho sufrir o nos han traumatizado", apunta Xavier Guix.
Pero como el hommo sapiens es también un animal contradictorio, usa el mismo mecanismo contra sí mismo y se queda demasiadas veces atrapado en lo que pasó o perplejo ante lo que pueda venir. Parar puede servir, entre otras cosas, para preguntarse: "¿Para qué estoy utilizando mi pasado?". "El pasado puede servir para justificarse, para crear una identidad o para ahondar en la adicción a determinados estados de ánimo a los que nos hemos acostumbrado", explica el psicólogo.
Salir del pensamiento rumiante requiere un esfuerzo. No va a ocurrir por casualidad. Si la persona se deja llevar, volverán los mismos pensamientos de siempre. La clave está, según Xavier Guix, en poner una distancia cada vez mayor entre el pensamiento y el pensador. "Si vivo identificado con lo que pienso y siento, no hay nada que hacer. A medida que somos capaces de observar el proceso de ida y venida de nuestros pensamientos nos damos cuenta de su fugacidad. Al poderlos observar, tenemos más capacidad para intervenir en ellos y decidir dónde ponemos la atención".
Las llamadas técnicas de parada de pensamiento no sólo existen, sino que, además, funcionan. Con dos condiciones: persistencia y disciplina. Se trata de una herramienta para interrumpir el diálogo negativo que las personas mantienen consigo mismas y que genera emociones desagradables. El primer paso es identificar el malestar, saber cuáles son los pensamientos o la secuencia de pensamientos "malditos". Algunos expertos recomiendan incluso que se verbalicen en voz alta. Se trata de identificar exactamente lo que hace daño y, entonces, buscar otra actividad para interrumpir esta cadena de pensamientos. Otros psicólogos recomiendan que se escoja "un estímulo de corte", es decir, un estímulo intenso que se pueda producir a voluntad y permita dejar de pensar (un ruido fuerte, una palmada, un "¡basta!"). La psiquiatra clínica Elena Borges invita a cambiarse físicamente de lugar, a irse a otra habitación, por ejemplo, o a iniciar una conversación con otra persona. "Hay que entrenar la atención y ser capaces de dirigirla hacia donde queremos, y no a la inversa", recomienda Guix.
Viajar con el piloto automático puede ser muy cómodo, pero deja a la persona en manos de sus hábitos mentales, y ya se sabe dónde puede llevarles esto. Estar haciendo mil cosas a la vez -la famosa multitarea- sin concentrarse demasiado en ninguna tampoco ayuda. La mente seguirá su chachareo habitual mientras no esté ocupada del todo.
Justamente en ocupar la cabeza a conciencia descansan las técnicas de la psicología moderna. Una de ellas es el mindfulness ("atención y conciencia plena del momento presente"): una teoría muy de moda repescada, cómo no, del budismo zen. Consiste, según explica Xavier Guix, en "estar en el presente y atento a la experiencia, pero sin precipitarnos en poner etiquetas". Es decir, concentrarse en los hechos, aceptarlos y no liarse a juzgar o a hacer interpretaciones. |
Tipos de ideas obsesivas: TOC
TOC: cuando dudas de todo
Son muy variadas las causas que pueden llevar a padecer este tipo de trastorno. Un trastorno que nos debilita y que provoca que todo nos genere duda y malestar.
Si has vivido en un ambiente familiar que te ha llevado a pensar siempre en alcanzar la perfección, que te han hecho bastante consciente de qué es la maldad y los sentimientos de responsabilidad o culpa llevados al extremo, probablemente puedas padecer de Trastorno Obsesivo Compulsivo en un futuro cercano. Todo ello sucede por la vulnerabilidad psicológica que tenemos cuando somos pequeños. Si vivimos en un ambiente severo con cumplimiento de normas estrictas, probablemente desarrollemos TOC. También, pueden desencadenar esta enfermedad ciertos problemas de pareja, enfermedades, un acontecimiento traumático como la muerte de un familiar, etcétera. |
El Crítico Interior
Sueles dudar de ti y hacerte de menos? ¿Te comparas con la gente y siempre sales perdiendo? Pues entonces has de saber que eres prisionero de tu Crítico Interno.
O sea, que hay una voz en tu interior que te tiene atrapado, que te habla con desprecio, que te censura y que hace que todo te parezca insuficiente y, por lo tanto, te menosprecies. Digamos que solo somos capaces de escuchar aquellos pensamientos que nos dicen que somos un completo desastre y que en esencia no somos más que una equivocación. |
Este criminal interior puede llevar desarrollándose con nosotros desde la más tierna infancia. Así que su terrible efecto en nuestra vida emocional es mucho más devastador cuando somos niños y son nuestros padres los que nos inician en el cruel arte de la crítica.
Es habitual que los objetivos educativos de los padres condenadores conlleven que con sus críticas que encontremos nuestro sitio en la sociedad, que seamos capaces de relacionarnos y que no nos devoren a través de la crítica externa. Por lo que nos presionaron a través de la crítica. Esta crítica no tenía por qué ser verbal, sino que bastaba con una mirada de preocupación o de reproche. Así es que, para un niño adoctrinado en la dicotomía acierto-error, solo esto bastaba para invocar al crítico interno para que alimentase los remordimientos.
Otras costumbres educativas basadas en el manejo y construcción del Crítico Interno son los repliegues, los silencios, los sentimientos de ofensa, los chantajes emocionales y las críticas a otras personas del entorno como parientes o vecinos. En todos estos casos nuestro Crítico interior fue y es un alumno aventajado que toma nota de todo cuanto ve, oye y siente como inaceptable.
Su severidad acabar con nuestra autoconfianza y crea profundas inseguridades, lo que nos hace sentir que nunca acertamos con nuestras actuaciones y que somos personas inválidas. Como es de esperar, el hecho de que con nosotros mismos nos relacionemos de esta manera sabotea nuestras relaciones con otras personas. Así, el Crítico Interno nos convierte en mendigos de reconocimiento, de aprobación y de atención. Digamos que así buscamos que suplan nuestras carencias y que asuman nuestras necesidades.
Debemos tratar a nuestra voz interna como lo hacemos con las personas. Es decir, con respeto y empatía con independencia de los errores que hayan cometido. Por lo tanto, se trata de desterrar la idea de la pelea con uno mismo, pues vale más la aceptación y la comprensión del propio sentir.
Es habitual que los objetivos educativos de los padres condenadores conlleven que con sus críticas que encontremos nuestro sitio en la sociedad, que seamos capaces de relacionarnos y que no nos devoren a través de la crítica externa. Por lo que nos presionaron a través de la crítica. Esta crítica no tenía por qué ser verbal, sino que bastaba con una mirada de preocupación o de reproche. Así es que, para un niño adoctrinado en la dicotomía acierto-error, solo esto bastaba para invocar al crítico interno para que alimentase los remordimientos.
Otras costumbres educativas basadas en el manejo y construcción del Crítico Interno son los repliegues, los silencios, los sentimientos de ofensa, los chantajes emocionales y las críticas a otras personas del entorno como parientes o vecinos. En todos estos casos nuestro Crítico interior fue y es un alumno aventajado que toma nota de todo cuanto ve, oye y siente como inaceptable.
Su severidad acabar con nuestra autoconfianza y crea profundas inseguridades, lo que nos hace sentir que nunca acertamos con nuestras actuaciones y que somos personas inválidas. Como es de esperar, el hecho de que con nosotros mismos nos relacionemos de esta manera sabotea nuestras relaciones con otras personas. Así, el Crítico Interno nos convierte en mendigos de reconocimiento, de aprobación y de atención. Digamos que así buscamos que suplan nuestras carencias y que asuman nuestras necesidades.
Debemos tratar a nuestra voz interna como lo hacemos con las personas. Es decir, con respeto y empatía con independencia de los errores que hayan cometido. Por lo tanto, se trata de desterrar la idea de la pelea con uno mismo, pues vale más la aceptación y la comprensión del propio sentir.
Aventura vs Rutina
6 preguntas que te inspiran a cambiar
“Sin pasión, el hombre sólo es una fuerza latente que espera una posibilidad, como el pedernal el choque del hierro, para lanzar chispas de luz”. -Henry F. Amiel- “Nunca es demasiado tarde para ser la persona que podrías haber sido.” -George Eliot- |
¿Conoces tus debilidades?
Pasos necesarios para aprender a conocerte a ti mismo, siendo capaz de ver el cuadro completo de tu propia persona, incluidas tus debilidades:
No seas demasiado exigente contigo mismo. Comienza por realizar tareas simples. |
Un buen consejo es involucrar a un amigo, siempre que puedas. Comenta tus propósitos con alguien de tu confianza; de esta forma hay un nivel de compromiso creciendo en torno a la actividad.
Recuerda que las debilidades en ocasiones nos impiden tomar decisiones precisas. Es necesario sentir que eres capaz de sobreponerte a ellas, pero también es importante embarcarte en un solo cambio a la vez, es decir, en un solo proyecto de envergadura. Ahora estás más enfocad@, ya lo has pensado bien, sabes que lo puedes controlar, solo te hace falta dar el primer paso…
Recuerda que las debilidades en ocasiones nos impiden tomar decisiones precisas. Es necesario sentir que eres capaz de sobreponerte a ellas, pero también es importante embarcarte en un solo cambio a la vez, es decir, en un solo proyecto de envergadura. Ahora estás más enfocad@, ya lo has pensado bien, sabes que lo puedes controlar, solo te hace falta dar el primer paso…
Las enfermedades del trabajo: nuevos riesgos psicosociales y su valoración en el derecho de la protección social |
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La maternidad según el zodiaco
Todos podemos ser felices
Seis claves para ser feliz, según la Universidad de Harvard
Cada vez parece más claro que la nueva fiebre del oro no tiene que ver con hacerse millonario ni con encontrar la fuente de la eterna juventud. El tesoro más codiciado de nuestros tiempos es atesorar felicidad, un concepto abstracto, subjetivo y difícil de definir, pero que está en boca de todos. Incluso es materia de estudio en la prestigiosaUniversidad de Harvard.
Durante varios años, algunos de los estudiantes de Psicología de esta universidad americana han sido un poco más felices, no solo por estudiar en una de las mejores facultades del mundo, sino porque, de hecho, han aprendido a través de una asignatura. Su profesor, el doctor israelí Tal Ben-Shahar, es experto en Psicología Positiva, una de las corrientes más extendidas y aceptadas en todo el mundo y que él mismo define como “la ciencia de la felicidad”. De hecho, sostiene que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o a jugar al golf: con técnica y práctica.
Con su superventas Being Happy y sus clases magistrales, los principios extraídos de los estudios de Tal Ben Shahar han dado la vuelta al mundo bajo el lema de “no tienes que ser perfecto para llevar una vida más rica y más feliz”. El secreto parece estar en aceptar la vida tal y como es, lo cual, según sus palabras, “te liberará del miedo al fracaso y de unas expectativas perfeccionistas”.
Aunque por su clase de Psicología del Liderazgo (Psychology on Leadership) han pasado más de 1.400 alumnos, aún así cabría hacerse la siguiente pregunta: ¿Alguna vez se tiene suficiente felicidad? "Es precisamente la expectativa de ser perfectamente felices lo que nos hace serlo menos”, explica.
Estos son sus seis consejos principales para sentirse afortunado y contento:
1. Perdone sus fracasos. Es más: ¡celébrelos! “Al igual que es inútil quejarse del efecto de la gravedad sobre la Tierra, es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”, añade el experto. Se trata de darnos el derecho a ser humanos y de perdonarnos la debilidad. Ya en el año 1992, Mauger y sus colaboradores estudiaron los efectos del perdón, encontrando que los bajos niveles de este hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.
2. No dé lo bueno por hecho: agradézcalo. Cosas grandes y pequeñas. "Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista".
3. Haga deporte. Para que funcione no es necesario machacarse en el gimnasio o correr 10 kilómetros diarios. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro, que mitigan el dolor y causan placer, según detalla el entrenador de easyrunning y experto corredor Luis Javier González.
4. Simplifique, en el ocio y el trabajo. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”, propone Tal Ben-Shahar. Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no se refiere solo al trabajo, sino también al área personal y al tiempo de ocio: “Mejor apagar el teléfono y desconectar del trabajo esas dos o tres horas que se pasa con la familia”.
5. Aprenda a meditar. Este sencillo hábito combate el estrés. Miriam Subirana, doctora por la Universidad de Barcelona, escritora y profesora de meditación y mindfulness, asegura que “a largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia”. El profesor de Harvard añade que es también un momento idóneo para manejar nuestros pensamientos hacia el lado positivo, aunque no hay consenso en que el optimismo llegue a garantizar el éxito, sí le aportará un grato momento de paz.
6. Practique una nueva habilidad: la resiliencia. La felicidad depende de nuestro estado mental, no de la cuenta corriente. Concretamente, “nuestro nivel de dicha lo determinará aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones del éxito o el fracaso”. Esto se conoce como locus de control o 'lugar en el que situamos la responsabilidad de los hechos', un término descubierto y definido por el psicólogo Julian Rotter a mediados del siglo XX y muy investigado en torno al carácter de las personas: los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona; mientras que la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas, “casi mejor que se los quede otro”. Sin embargo, así perdemos la percepción del fracaso como 'oportunidad', que tiene mucho que ver con la resiliencia, un concepto que se ha hecho muy popular con la crisis, y que viene prestado originariamente de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora. "En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos”, afirma el médico psiquiatra Roberto Pereira, director de la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar.
Durante varios años, algunos de los estudiantes de Psicología de esta universidad americana han sido un poco más felices, no solo por estudiar en una de las mejores facultades del mundo, sino porque, de hecho, han aprendido a través de una asignatura. Su profesor, el doctor israelí Tal Ben-Shahar, es experto en Psicología Positiva, una de las corrientes más extendidas y aceptadas en todo el mundo y que él mismo define como “la ciencia de la felicidad”. De hecho, sostiene que la alegría se puede aprender, del mismo modo que uno se instruye para esquiar o a jugar al golf: con técnica y práctica.
Con su superventas Being Happy y sus clases magistrales, los principios extraídos de los estudios de Tal Ben Shahar han dado la vuelta al mundo bajo el lema de “no tienes que ser perfecto para llevar una vida más rica y más feliz”. El secreto parece estar en aceptar la vida tal y como es, lo cual, según sus palabras, “te liberará del miedo al fracaso y de unas expectativas perfeccionistas”.
Aunque por su clase de Psicología del Liderazgo (Psychology on Leadership) han pasado más de 1.400 alumnos, aún así cabría hacerse la siguiente pregunta: ¿Alguna vez se tiene suficiente felicidad? "Es precisamente la expectativa de ser perfectamente felices lo que nos hace serlo menos”, explica.
Estos son sus seis consejos principales para sentirse afortunado y contento:
1. Perdone sus fracasos. Es más: ¡celébrelos! “Al igual que es inútil quejarse del efecto de la gravedad sobre la Tierra, es imposible tratar de vivir sin emociones negativas, ya que forman parte de la vida, y son tan naturales como la alegría, la felicidad y el bienestar. Aceptando las emociones negativas, conseguiremos abrirnos a disfrutar de la positividad y la alegría”, añade el experto. Se trata de darnos el derecho a ser humanos y de perdonarnos la debilidad. Ya en el año 1992, Mauger y sus colaboradores estudiaron los efectos del perdón, encontrando que los bajos niveles de este hacia uno mismo se relacionaban con la presencia de trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima.
2. No dé lo bueno por hecho: agradézcalo. Cosas grandes y pequeñas. "Esa manía que tenemos de pensar que las cosas vienen dadas y siempre estarán ahí tiene poco de realista".
3. Haga deporte. Para que funcione no es necesario machacarse en el gimnasio o correr 10 kilómetros diarios. Basta con practicar un ejercicio suave como caminar a paso rápido durante 30 minutos al día para que el cerebro secrete endorfinas, esas sustancias que nos hacen sentir drogados de felicidad, porque en realidad son unos opiáceos naturales que produce nuestro propio cerebro, que mitigan el dolor y causan placer, según detalla el entrenador de easyrunning y experto corredor Luis Javier González.
4. Simplifique, en el ocio y el trabajo. “Identifiquemos qué es lo verdaderamente importante, y concentrémonos en ello”, propone Tal Ben-Shahar. Ya se sabe que “quien mucho abarca, poco aprieta”, y por ello lo mejor es centrarse en algo y no intentarlo todo a la vez. Y no se refiere solo al trabajo, sino también al área personal y al tiempo de ocio: “Mejor apagar el teléfono y desconectar del trabajo esas dos o tres horas que se pasa con la familia”.
5. Aprenda a meditar. Este sencillo hábito combate el estrés. Miriam Subirana, doctora por la Universidad de Barcelona, escritora y profesora de meditación y mindfulness, asegura que “a largo plazo, la práctica continuada de ejercicios de meditación contribuye a afrontar mejor los baches de la vida, superar las crisis con mayor fortaleza interior y ser más nosotros mismos bajo cualquier circunstancia”. El profesor de Harvard añade que es también un momento idóneo para manejar nuestros pensamientos hacia el lado positivo, aunque no hay consenso en que el optimismo llegue a garantizar el éxito, sí le aportará un grato momento de paz.
6. Practique una nueva habilidad: la resiliencia. La felicidad depende de nuestro estado mental, no de la cuenta corriente. Concretamente, “nuestro nivel de dicha lo determinará aquello en lo que nos fijemos y en las atribuciones del éxito o el fracaso”. Esto se conoce como locus de control o 'lugar en el que situamos la responsabilidad de los hechos', un término descubierto y definido por el psicólogo Julian Rotter a mediados del siglo XX y muy investigado en torno al carácter de las personas: los pacientes depresivos atribuyen los fracasos a sí mismos, y el éxito, a situaciones externas a su persona; mientras que la gente positiva tiende a colgarse las medallas, y los problemas, “casi mejor que se los quede otro”. Sin embargo, así perdemos la percepción del fracaso como 'oportunidad', que tiene mucho que ver con la resiliencia, un concepto que se ha hecho muy popular con la crisis, y que viene prestado originariamente de la Física y de la Ingeniería, con el que se describe la capacidad de un material para recobrar su forma original después de someterse a una presión deformadora. "En las personas, la resiliencia trata de expresar la capacidad de un individuo para enfrentarse a circunstancias adversas, condiciones de vida difíciles, o situaciones potencialmente traumáticas, y recuperarse saliendo fortalecido y con más recursos”, afirma el médico psiquiatra Roberto Pereira, director de la Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar.
¿Eres feliz con lo qué estas haciendo en este momento? Piénsalo
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¿Eres feliz con lo qué estas haciendo en este momento? Piénsalo. Puede que te estés dedicando a un trabajo que no te guste, que te encuentres acompañado de la persona equivocada o que incluso, no estés disfrutando de todas aquellas cosas que tanto te gustan hacer poniéndote como excusa que no tienes tiempo.
Solemos vivir en automático, cargados de obligaciones y responsabilidades sin tener en cuenta nuestro bienestar personal, como el protagonista de nuestro corto. Lo único que sabemos hacer es olvidarnos de nosotros mismos. Nos hacemos invisibles y ni siquiera nos cuestionamos si estamos donde queremos estar, haciendo lo que queremos hacer, acompañados de la persona que deseamos a nuestro lado. |
“La única forma de hacer un gran trabajo es amar lo que haces”
-Steve Jobs- Puede que te hayas acostumbrado tanto a tu rutina, a tu día a día, que ni siquiera barajes la posibilidad de cambio. ¿Lo habías pensado? La costumbre puede ser una buena compañera por su tranquilidad, pero también tiene la capacidad de limitarnos e impedir nuestro crecimiento, tanto laboral como social o personal. |
- La diferencia entre costumbre y pasión
Hay una diferencia entre hacer las cosas por costumbre y hacerlas por pasión. La costumbre conlleva automatismo, inercia, un no darse cuenta. La pasión conlleva vida, ganas, ilusión y color. La emoción está en la pasión y no en la costumbre. La felicidades crear tu actitud, tu vida y tus oportunidades.
Quizás, el mundo necesite urgentemente gente que ame lo que hace, pero sobre todotú necesitas hacer cosas que te encanten, estar con personas a las que ames y dedicarte a aquello que te apasiona. No se disfruta lo mismo, no se vive de la misma manera ni se siente lo mismo o ¿no es cierto? Ser feliz también requiere de esfuerzos.
“El secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer”
-Aldous Huxley-
- Necesitas amar lo que haces
A riesgo de parecer utópicos, puedo decirte que esto es posible. Se necesitan muchas ganas, mucho coraje y valentía, y una gran cantidad de pasión, curiosidad e ilusiones.Las oportunidades no llegan de la nada, tienes que salir a buscarlas y no se me ocurre otra manera que con muchas ganas de cambiar y abundantes dosis de esfuerzo para luchar por nuestros sueños.
Los resultados llegarán pero con el tiempo. Tan solo tienes que decidir querer llevar el volante de tu vida y comenzar a plantar semillas para que poco a poco den sus frutos. No te digo que será una tarea sencilla, no te digo que será una tarea sin obstáculos pero sí puedo decirte que será una de las cosas más bonitas y placenteras que llevaras a cabo en tu vida. El valor de luchar por lo que uno quiere no tiene precio.
- Haz lo que amas y serás feliz
Sé tu el que cree la oportunidad en tu vida¿Por qué no haces como el protagonista de este corto, que cansado de su situación decide luchar por su sueño poco a poco y consigue al fin ser feliz? Cansado de trabajar para una fábrica de alimentos prefabricados decidió dar un giro a su vida comenzando a cocinar alimentos naturales con el objetivo de cultivar un mundo mejor.
Tú también puedes hacerlo, tan solo tienes que buscar aquello que amas e ir en su busca. Con paciencia, con esfuerzo, con coraje y valentía, pero sobre todo dejando amor en cada paso. La gente más feliz con la que me he cruzado han sido aquellas que encontraron lo qué querían hacer y decidieron ir a buscarlo.
Más que una forma de ser, un "estado de ser": vive con pasión y entusiasmo
Es tu estado de ser, lo que has aprendido a través de tu experiencia, el cómo te has ido relacionando, la actitud que tienes ante la vida, el trayecto que has recorrido y tu crecimiento personal; lo que permite que encuentres lo que amas. Y cuando lo haces una energía rebosante te colma y llena de pasión.
Es la pasión por lo que hacemos lo que llena de amor nuestro día a día, la pasión con la que nos relacionamos, la pasión con la que disfrutamos de lo que nos gusta. La pasión por la vida es un estado en el que sentimos la dicha plena y el éxtasis de cada instante. Merece la pena experimentar esa pasión por la vida, aunque sea unos instantes. Observar la belleza de las cosas sin compararlas con nada, sin intervenir, sin la necesidad de dar una explicación o un nombre; simplemente observar, admirar, disfrutar y amar |
'Si no ardes por algo o alguien, si nada te sacude hasta el alma, si apenas te llega el entusiasmo, vas mal, algo te detiene: vives a medias.'
Triste con vocación de alegre
25 cosas que hacen las personas mentalmente fuertes
La zona de confort es aquella zona en la que nos encontramos seguros, en la que controlamos, nada se nos escapa y que conocemos completamente.
Lo más seguro es que pienses que no tiene mucha lógica salir de tu zona de confort si estás tan cómodo en ella. Pero, al hacerlo, aceptamos eliminar es obstáculos, disfrutar de nuevas experiencias y conocer personas nuevas. Lo que conlleva un crecimiento personal que continuará con la obtención de mayores expectativas, un aumento de nuestras habilidades y como consecuencia, una vida más satisfactoria en todos los sentidos. Abandonar nuestra zona de confort, te ayudará a tener una vida más rica en emociones, conocimiento y perspectivas. Y ello te hará crecer y evolucionar a una versión mejorada de ti mismo. |
Viajar es bueno para tu cerebro
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"Creo que una de las mejores sensaciones del mundo es reírse con otro y, a mitad de risa, darte cuenta de cuánto disfrutas con esa persona y de su existencia."
El amor se encuentra en las cosas simples
La verdadera emotividad presente en el día a día.
Estas ilustraciones fueron creadas por el artista “Puuung”, quien captura la esencia y la calidez de los momentos cotidianos de pareja. Son cosas simples, que se viven todos los días y que a veces no son valoradas, pero que se van guardando en nuestra memoria con un peso que al principio es ignorado y que después surge con gran fuerza. Los dibujos manifiestan ternura, cariño, confianza, porque las escenas que el artista escoge retratar son universales y cada uno de nosotros las ha vivido a su manera:
Estas ilustraciones fueron creadas por el artista “Puuung”, quien captura la esencia y la calidez de los momentos cotidianos de pareja. Son cosas simples, que se viven todos los días y que a veces no son valoradas, pero que se van guardando en nuestra memoria con un peso que al principio es ignorado y que después surge con gran fuerza. Los dibujos manifiestan ternura, cariño, confianza, porque las escenas que el artista escoge retratar son universales y cada uno de nosotros las ha vivido a su manera:
“Somos demasiado jóvenes para estar tan tristes”
Falta de expectativas y de libertad
La crisis comienza a superarse, pero deja consecuencias a su paso: casos de depresión en la población joven. “No es lo mismo enfrentarse a la crisis cuando ya tienes una vida desarrollada, un estatus profesional y económico, que cuando lo tienes todo por empezar”. Según el experto, influyen dos factores principales:
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- Por otra parte, está el hecho de haber visto muy mermadas las expectativas laborales. “Si te dicen que a pesar del magnífico esfuerzo que has tenido que realizar durante veinte años de estudios en total, no vas a encontrar un trabajo, o que si lo encuentras, vas a seguir sin poder mantenerte económicamente de forma independiente, es un cúmulo de cosas difícil de aguantar”.
Todo ello sumado a “la presión social y la alta competitividad que hemos establecido. No solo tienes que tener una carrera, dos másteres y saber tres idiomas, sino que además debes saber cómo comunicarte, cómo dominar las habilidades también a nivel de medios sociales. Cada vez pedimos más a nuestros jóvenes, mejor imagen, mejor habilidad de comunicación, y un largo etcétera que se convierte en una carga casi insoportable.”.
También hay que tener en cuenta que según nuestra edad nuestras reacciones ante las circunstancias de la vida pueden ser diferentes. En los más jóvenes, por ejemplo, “existe más vulnerabilidad a sufrir cambios del estado de ánimo. Digamos que se es más sensible a la regularización de las emociones”, y todo ello puede afectar en el desarrollo de una depresión.
Lidiar con la familia
Cuando la educación hace daño: madres tóxicas
Las madres tóxicas ofrecen una amor a sus hijos hostigante a la vez que inmaduro. Proyectan sobre ellos sus inseguridades para reafirmarse personalmente, y así, tener mayor control sobre sus vidas y sobre la de sus hijos.
En ocasiones las madres tóxicas proyectan en sus hijos los deseos incumplidos de su propio pasado, sin preguntar si quiera qué es lo que ellos desean, sin darles opción a elegir, pensando que con ello, les demuestran un amor incondicional, cuando en realidad, es un falso amor. Un amor interesado. Es tu madre, o es tu familia, los quieres y sabes que romper ese ciclo de toxicidad puede causar algún daño. En ocasiones, decir la verdad de lo que uno siente hace daño a los demás, pero es una necesidad vital. Se trata solo de marcar límites y dejar claro lo que permites o lo que no. No deseas causar daño alguno, debes dejarlo claro, al igual que debe quedar constancia de que tampoco tú quieres ser herido/a nunca más. |
Resiliencia
Madurez es lo que alcanzo cuando ya no tengo la necesidad de culpar a nada ni a nadie de lo que me sucede
No hay problema tan malo que un poco de culpa no pueda empeorar. (Bill Watterson) Cuando culpamos a otros o a nosotros mismos por lo que nos sucede, estamos centrándonos en emociones y actitudes negativas: nos invade la ira o la frustración, sentimos tristeza o rencor, pero no avanzamos. En resumen, somos más infelices. |
Sin embargo, si atravesamos esas emociones negativas y llegamos al otro lado, nos daremos cuenta de que más allá de quiénes o qué sean los culpables, existe algo mucho más útil: emprender una acción que nos ayude a cambiar la situación. Si buscamos soluciones, estaremos mandándonos a nosotros mismos el mensaje de que, sea lo que sea lo que ha fallado, podemos tratar de arreglarlo y vamos a trabajar en ello.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
(Miguel de Unamuno)
Estás estancado pensando en lo que pasó, que pertenece al pasado, y el pasado no se puede modificar. La culpa nos bloquea.
Pero si cambias el chip y decides hacer algo al respecto: quizás concertar una revisión, quizás ponerte a estudiar los temas en que pudiste haber fallado, quizás pedir ayuda,las emociones cambian. La frustración se convierte en motivación. Madurar es aprender a pasar del primer estado al segundo.
Así que la próxima vez que algo te salga mal y te encuentres buscando culpables, piensa que lo mejor que puedes hacer por ti es tratar de pasar página. Las emociones negativas son inevitables, pero si buscamos soluciones en vez de culpables, en algún momento nos daremos cuenta de que las hemos dejado atrás y estamos avanzando hacia nuestros objetivos.
Procuremos más ser padres de nuestro porvenir que hijos de nuestro pasado.
(Miguel de Unamuno)
Estás estancado pensando en lo que pasó, que pertenece al pasado, y el pasado no se puede modificar. La culpa nos bloquea.
Pero si cambias el chip y decides hacer algo al respecto: quizás concertar una revisión, quizás ponerte a estudiar los temas en que pudiste haber fallado, quizás pedir ayuda,las emociones cambian. La frustración se convierte en motivación. Madurar es aprender a pasar del primer estado al segundo.
Así que la próxima vez que algo te salga mal y te encuentres buscando culpables, piensa que lo mejor que puedes hacer por ti es tratar de pasar página. Las emociones negativas son inevitables, pero si buscamos soluciones en vez de culpables, en algún momento nos daremos cuenta de que las hemos dejado atrás y estamos avanzando hacia nuestros objetivos.
Reflexión: ¿El dolor se acumula?
Esta noche ha surgido una pregunta: ¿el dolor se acumula? Y me ha dado que pensar. Concebimos la vida como un pasar del tiempo, de los segundos, minutos horas, días, meses, años, en la que tenemos que conseguir unas metas, llegar a unos propósitos, cumplir unas promesas que algún día te hiciste a ti mismo. En el transcurso de este tiempo muchas veces fracasamos y ahí es cuando se produce el dolor. Un dolor que surge por desilusión, por negatividad, por no haber conseguido tu propósito. Pero la vida también te da resacas de positividad, de ánimos, de vitalidad. Pienso que el dolor si que se acumula. Se queda clavado dentro de ti y cada vez que lo padeces se suma al anterior, se clava más profundo y que la felicidad que sentimos no hace nada al respecto. Puede que este sea el fallo, el verdadero dolor, el no poder pensar en las cosas buenas en los momentos malos. Igual esta noche no os arregló la vida, pero como consejo: sólo hay una vida y no hay que vivirla sufriendo, pensando en las cosas malas (que muchas veces no se pueden sacar de la cabeza). Y como deseo: sed felices y vivid, que por algo estamos aquí.
Protegernos de una decepción, el efecto chubasquero
Después de una decepción, habitualmente cerramos las puertas a nuevas experiencias por miedo a volver a sufrir. Es por ello que muchas personas prefieren o eligen no encariñarse con alguien pensando que así minimizan el riesgo de ser lastimados de nuevo.
Los psicólogos llaman a esta elección el “efecto chubasquero”. Cuando las expectativas son muy altas o cuando la persona no cumple con sus “obligaciones implícitas”, entonces, nos sentimos desilusionados, frustrados, tristes y hasta enfadados. Esto es totalmente normal. Sin embargo, hay que tratar de que esas expectativas no nos lastimen o bien adaptarnos a lo que la realidad nos está ofreciendo esa persona. La decepción también ocurre cuando la otra persona se porta muy mal con nosotros y hace cosas que nos hacen sufrir. En ese momento aparecen otros sentimientos como el rencor y la rabia, además de los ya indicados (frustración, tristeza, desilusión y enfado). |
¿Y qué ocurre después? Aunque no llueva, nos colocamos un chubasquero, para evitar mojarnos. Esto quiere decir que cuando aparece una nueva persona en nuestra vida, tenemos miedo de sufrir y no nos abrimos lo suficiente como para dejarla ingresar.
Otra de las consecuencias de cerrar con cinco llaves y candados las puertas y las ventanas de nuestra casa (corazón) es que las personas que nos rodean se empezarán a alejar de nosotros. Pensaremos que nos han abandonado o que todos son malos, sin embargo, será nuestra propia barrera la que retire a varios kilómetros de distancia a los seres que realmente nos importan y que se preocupan por nosotros.
Nadie dice que sea sencillo sobreponerse a una decepción, especialmente cuando es amorosa, pero es preciso empezar a quitarse el chubasquero cuando no hay tormenta en el cielo, para poder así disfrutar de la brisa y del sol del mediodía.
Otra de las consecuencias de cerrar con cinco llaves y candados las puertas y las ventanas de nuestra casa (corazón) es que las personas que nos rodean se empezarán a alejar de nosotros. Pensaremos que nos han abandonado o que todos son malos, sin embargo, será nuestra propia barrera la que retire a varios kilómetros de distancia a los seres que realmente nos importan y que se preocupan por nosotros.
Nadie dice que sea sencillo sobreponerse a una decepción, especialmente cuando es amorosa, pero es preciso empezar a quitarse el chubasquero cuando no hay tormenta en el cielo, para poder así disfrutar de la brisa y del sol del mediodía.
Aprende a usar los recursos que tienes a tu alcance
La distorsión del tiempo
“Nadie puede bañarse dos veces en el mismo río”
HeráclitoEl tiempo siempre camina a la misma velocidad…pero lo cierto es que no hay dos instantes iguales. ¿De qué depende nuestra percepción del tiempo? La respuesta más sencilla probablemente es decir que depende de lo que estemos haciendo. Si queremos ser un poco más precisos diremos que depende de cómopercibamos lo que estemos haciendo. Así, lo cierto es que el tiempo que hemos inventado para darle un poco de orden a la realidad no deja de tener una velocidad propia y particular en la que entramos en juego nosotros, pero también nuestro entorno y los demás, con todo lo que ello supone. |
25 confesiones de una persona que siempre llega tarde
- No lo hacemos a propósito. En serio.
- Lo que ocurre es que siempre acaban surgiendo imprevistos. Normalmente son cosas extremadamente mundanas: no encontrar las llaves, descubrir que el jersey que te ibas a poner está sucio o caer en la cuenta que le habías prometido a tu compañero que ibas a lavar los platos antes de salir.
- Aunque, sí, a veces se debe a la procrastinación pura y dura. Como cuando tienes una cita en una hora y cinco minutos e insistes en ver otro capítulo de House Of Cards. Como si en esos cinco minutos pudieras ducharte y llegar al destino. Aunque esté a cinco paradas de metro.
- Entonces tenemos que mandar el típico mensaje de “estoy en 5 minutos”. En realidad, nosotros sabemos que la otra persona sabe que eso es mentira. Pero es una convención necesaria. Por cierto, en ese momento estamos entrando en la ducha.
- Durante el trayecto tienes que romperte la cabeza para dar con una excusa mínimamente decente. Una que no hayas utilizado como cuarenta y siete millones de veces. La clave es encontrar el equilibrio entre creatividad y credibilidad. Tiene que ser una idea lo suficientemente elaborada como para que no suene a lugar común pero no excesivamente rocambolesca para que no tengas que dar trescientas mil explicaciones, aumentando el riesgo de caer en incoherencias. Sí, es un poco complicado. Mucho más que simplemente llegar a la hora.
- Llega un punto en el que ya no vale la pena disimular. Especialmente con tus amigos más cercanos. Sabes que hay confianza cuando puedes llegas 20 minutos tarde y nadie te pide explicaciones.
- Sí, ya sabemos que somos unos impresentables.
- Pero nuestros amigos nos entienden. Y por eso nos citan media hora antes de la hora en la que en realidad llegará el resto de gente.
- Y, aún así, nos las arreglamos para llegar tarde.
- No, no tenemos remedio.
- Hay días en que, por alguna insólita conjunción astral, logramos ser puntuales. Entonces todo el mundo te mira con cara de sorpresa y te pregunta si todo va bien. Y alguien te hace alguna broma tonta. Y fuerzas la sonrisa sabiendo que no puedes contraatacar porque no tienes ningún tipo de legitimidad.
- También puede ocurrir que nos propongamos llegar a la hora con todas nuestras fuerzas pero que algún imprevisto (real) nos lo impida. Esto nos jode mucho. Te acercas orgulloso al punto de encuentro y de pronto el datáfono del taxista no funciona. Y tienes que dar vueltas hasta encontrar un cajero de tu banco. Y luego discutir con él si tiene derecho a cobrarte la distancia que habéis hecho porque no le funcionaba el maldito aparato. En estos momentos es cuando pierdes toda esperanza. Te das cuenta que no vale la pena. Que tu relación con el reloj siempre será un melodrama.
- Y cuando lo cuentas todo el mundo te mira con condescendencia porque piensan que es una excusa como otra.
- Y entonces pones cara de emoticono triste y dices “jo, pero esta vez es verdad”.
- Y nadie te cree.
- Y te lo mereces.
- Lo importante es saber apechugar con las consecuencias. Si llegas media hora tarde a una cena luego no puedes hacerte el ofendido al darte cuenta de que ya no quedan croquetas. Esa es tu particular manera de mantener la dignidad.
- Por cierto, la gente no sabe que la mejor manera de definirnos no es “impuntuales”, sino “malos gestores del tiempo”. En realidad, siempre hay un momento que vamos bien de tiempo. Pero entonces se produce un cortocircuito en nuestras cabezas que nos convierte en irracionalmente optimistas. Piensas que puedes estar listo en cinco minutos sin tener en cuenta la cantidad de cosas que debes hacer antes de salir de casa. Es decir, no es una cuestión de falta de respeto a los demás, sino de exceso de optimismo respecto a nosotros mismos.
- Podríamos ponernos más profundos. ¿Es nuestra impuntualidad crónica síntoma de una pulsión escapista? ¿O de nuestra incapacidad para afrontar los problemas? Llegar tarde es un poco lo mismo que no abrir un e-mail porque sabes que el contenido no te va a gustar. Si de pronto nos empezasen a llamar “cobardes” en vez de “tardones”, quizá sí que nos plantearíamos corregir nuestra mala costumbre.
- Existen aquellos que incluso le han buscado una explicación médica. A menudo, la impuntalidad se ha asociado con la fobia social o con el Trastorno por Déficit de Atención. ¿Inventarán algún día la pastilla contra la tarditis?
- La impuntualidad también puede tener cosas buenas. Llegar el primero a una fiesta, por ejemplo, no mola. Llegar un poco tarde siempre te da un cierto estatus. Aunque solo sea en tu imaginación.
- Pero seamos claros: por lo general, ser impuntual solo te trae problemas. Especialmente en el trabajo. A nadie le gusta que el jefe te mate con la mirada cada vez que llegas tarde a las reuniones del lunes por la mañana. Entonces te sientes como cuando el profesor del instituto te amenazaba con no dejarte entrar en clase como volvieses a llegar con retraso. Y te preguntas si vas a madurar algún día.
- Y luego están los que te preguntan por qué. Esos son los peores. ¿Por qué? ¿Cómo que por qué? Por nada. Y por todo.
- Sí, amigos, la vida del impuntual no es fácil.
- Y, ahora, deja de leer esto que vas llegar tarde.
¿Quién dijo que la impuntualidad era un signo de indolencia?
Porqué la voluntad es la mitad del éxito
Dice el cantautor Ismael Serrano que “la excusa más cobarde es culpar al destino”; y eso es lo que hacemos muchas veces, culpar a la Crisis, a nuestro jefe, al primer novio que tuvimos y nos rompió el corazón… Siempre habrá dificultades, razones para quejarse y desistir, personas que dirán que no podremos lograrlo… Por eso necesitamos empezar ya, tener claro lo que queremos y ponernos en marcha; emprender el vuelo aunque nos fallen las alas.
El propio Einstein, consciente del papel de la Física en nuestra vida, se daba cuenta de que “hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad”. La peor barrera de todas para el éxito en la vida no viene de fuera de nosotros, sino de cada uno. Cuando no tenemos voluntad de hacer algo, inventamos mil excusas o nos dejamos arrastrar por los miedos. No queremos ir al gimnasio y empezamos a pensar en que hace mal día, que no tenemos tiempo, que nos merecemos un rato delante de la tele después de un día agotador… |
“Todos tus sueños se pueden hacer realidad, si tienes el valor para perseguirlos” Walt Disney.
Si Thomas Eddison no hubiera tenido una voluntad fuerte, hoy seguiríamos cenando a la luz de una vela, porque si inventó la bombilla fue gracias a que continuó luchando a pesar de tener todas las trabas que uno pueda imaginarse: económicas, familiares, políticas… Y empezando por su profesor que dijo que “era demasiado estúpido para aprender alguna cosa”.
Tenemos una creatividad inagotable, y muchas veces, en vez de invertirla en hacer lo que queremos, la malgastamos en quejarnos o preocuparnos más de la cuenta. Podríamos utilizar todo nuestro talento para realizar un trabajo extraordinario, crear una idea de negocio que nadie ha tenido hasta ahora u organizar unas vacaciones inolvidables, pero muchas veces acabamos dirigiéndolo a pensar razones para sentirnos mal o excusas para seguir siendo igual de fracasados: ¿por qué ella no me llama?, si tuviera el dinero para invertir en aquello…, ¿por qué tuve que estudiar eso?, ¿qué será de mí si me despiden?
“Si tienes la fuerza de voluntad para ganar, has alcanzado la mitad de tu éxito; si no la tienes, has alcanzado la mitad de tu fracaso” David Ambrose.
¿Cuándo vas a dejar de buscar las razones de tus fracasos pasados y vas a empezar a pensar en los caminos para tu futuro éxito? La única manera de cambiar el futuro es centrarnos en lo que sí depende de nosotros, y poner todo el empeño en ello. Un sueño profesional, una causa social, una relación, un viaje que siempre quisimos hacer… Echarle ganas y ponerle voluntad nos ayudará a recorrer la mitad del camino al éxito, para tener la vida que queremos.
Consejo milenial: no busques culpables, sino soluciones.
Si Thomas Eddison no hubiera tenido una voluntad fuerte, hoy seguiríamos cenando a la luz de una vela, porque si inventó la bombilla fue gracias a que continuó luchando a pesar de tener todas las trabas que uno pueda imaginarse: económicas, familiares, políticas… Y empezando por su profesor que dijo que “era demasiado estúpido para aprender alguna cosa”.
Tenemos una creatividad inagotable, y muchas veces, en vez de invertirla en hacer lo que queremos, la malgastamos en quejarnos o preocuparnos más de la cuenta. Podríamos utilizar todo nuestro talento para realizar un trabajo extraordinario, crear una idea de negocio que nadie ha tenido hasta ahora u organizar unas vacaciones inolvidables, pero muchas veces acabamos dirigiéndolo a pensar razones para sentirnos mal o excusas para seguir siendo igual de fracasados: ¿por qué ella no me llama?, si tuviera el dinero para invertir en aquello…, ¿por qué tuve que estudiar eso?, ¿qué será de mí si me despiden?
“Si tienes la fuerza de voluntad para ganar, has alcanzado la mitad de tu éxito; si no la tienes, has alcanzado la mitad de tu fracaso” David Ambrose.
¿Cuándo vas a dejar de buscar las razones de tus fracasos pasados y vas a empezar a pensar en los caminos para tu futuro éxito? La única manera de cambiar el futuro es centrarnos en lo que sí depende de nosotros, y poner todo el empeño en ello. Un sueño profesional, una causa social, una relación, un viaje que siempre quisimos hacer… Echarle ganas y ponerle voluntad nos ayudará a recorrer la mitad del camino al éxito, para tener la vida que queremos.
Consejo milenial: no busques culpables, sino soluciones.
Tus malos hábitos hablan de lo perfeccionista que eres
Morderse las uñas es reflejo de perfección.
Muchas tenemos alguna costumbre que es un poco desagradable y pone a otros nerviosos, pero la ciencia ha comprobado que esto no es algo negativo, sino todo lo contrario. Y habla mucho sobre tu personalidad.
La Universidad de Montreal, reveló en la edición de marzo del Periódico de Terapia del Comportamiento y Psiquiatría Experimental, que hábitos como morder tus uñas, jugar con tu cabello o morder tus labios, responden a comportamientos relacionados con el nivel de perfeccionismo que tienes. Sí está ligado a la impaciencia que esta característica conllevaría, como lo explica el investigador a cargo, Kieron O’Connor: “Creemos que los individuos que poseen estos comportamientos repetitivos podrían ser perfeccionistas, algo que significaría que no pueden relajarse y realizar las tareas a una velocidad ‘normal‘. Por lo tanto son más dados a sentir frustración, a ser impacientes y sentirse insatisfechos cuando no logran sus metas. También experimentan niveles más altos de aburrimiento“.
Para alcanzar esta conclusión, fueron observados 48 participantes, de los cuales solo la mitad poseía este tipo de manías. Fueron puestos en diversas situaciones de estrés, aburrimiento, relajación o frustración, para ver cuáles eran sus emociones resultantes. De esta manera, se repetía más que los malos hábitos surgieran en momentos negativos, más que de descanso o felicidad.
El proceso cerebral que se da y justifica esta conducta, es el que, con ella, se satisface un deseo (el de distraerse de lo que están viviendo). No es una respuesta nerviosa, como normalmente se cree, sino que reflejaría qué tan perfeccionista eres.
Muchas tenemos alguna costumbre que es un poco desagradable y pone a otros nerviosos, pero la ciencia ha comprobado que esto no es algo negativo, sino todo lo contrario. Y habla mucho sobre tu personalidad.
La Universidad de Montreal, reveló en la edición de marzo del Periódico de Terapia del Comportamiento y Psiquiatría Experimental, que hábitos como morder tus uñas, jugar con tu cabello o morder tus labios, responden a comportamientos relacionados con el nivel de perfeccionismo que tienes. Sí está ligado a la impaciencia que esta característica conllevaría, como lo explica el investigador a cargo, Kieron O’Connor: “Creemos que los individuos que poseen estos comportamientos repetitivos podrían ser perfeccionistas, algo que significaría que no pueden relajarse y realizar las tareas a una velocidad ‘normal‘. Por lo tanto son más dados a sentir frustración, a ser impacientes y sentirse insatisfechos cuando no logran sus metas. También experimentan niveles más altos de aburrimiento“.
Para alcanzar esta conclusión, fueron observados 48 participantes, de los cuales solo la mitad poseía este tipo de manías. Fueron puestos en diversas situaciones de estrés, aburrimiento, relajación o frustración, para ver cuáles eran sus emociones resultantes. De esta manera, se repetía más que los malos hábitos surgieran en momentos negativos, más que de descanso o felicidad.
El proceso cerebral que se da y justifica esta conducta, es el que, con ella, se satisface un deseo (el de distraerse de lo que están viviendo). No es una respuesta nerviosa, como normalmente se cree, sino que reflejaría qué tan perfeccionista eres.
La vida no tiene por qué ser perfecta para ser maravillosa
La existencia es a veces un duro maestro, y ahí está su grandeza, y también su locura, ahí su caos y sus placeres, esos que debemos vivir a contrapelo sin buscar la perfección, sólo los instantes que disfrutar con el máximo de nuestras fuerzas.
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Ser exigente y buscar la perfección en cada cosa que hacemos es en muchas ocasiones el reverso de una moneda. La exigencia nos hace desarrollar múltiples capacidades, pero a su vez, quien se aplica una alta autoexigencia raras veces se siente satisfecho.
En realidad, la perfección no es más que una quimera, una aspiración intangible. No existen las vidas perfectas y sin altibajos. La existencia es un carrusel de emociones intensas donde el billete sólo tiene un objetivo: aprender cada día de nuestra vida.
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La respuesta no es la huida
Pensar en una huida muchas veces es para todos una forma de sentirnos a salvo en otra parte: desear alejarse de lo que nos hace daño, nos agobia y nos acorrala por dentro es un deseo que puede ser bastante corriente en nosotros. Sin embargo, si te identificas con ello, sabrás muy bien que huír nunca fue la solución.
Lo dice la canción, la huida no es la respuesta puesto que siempre que deseamos huír lo hacemos de algo o de alguien y cualquiera de las dos cosas siempre viene con nosotros allá donde vayamos. Si es algo que nos ha ocurrido, necesitaremos superarlo. Si es alguien lo que nos ha ocurrido, necesitaremos saber que podemos ser por nosotros mismos. “Y una vez que la tormenta termine, no recordarás como lo lograste, como sobreviviste. Ni siquiera estarás seguro si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura. Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entro en ella. De eso se trata esta tormenta.” -Haruki Murakami- |
La enfermedad de estar ocupado
¿Cómo se supone que vamos a examinar los rincones oscuros de nuestra alma si no tenemos tiempo? ¿Cómo podremos vivir una vida sujeta a examen?
Siempre soy prisionero de la esperanza, pero me pregunto si estamos dispuestos a reflexionar sobre cómo hacerlo y sobre cómo vivir de otra manera. De alguna forma, necesitamos un modelo diferente de reorganización individual, social, familiar y humanitario. Quiero que mis hijos se ensucien, que lo ensucien todo y que incluso se aburran. Quiero que tengamos un tipo de existencia en el que podamos detenernos por un momento, mirar a otras personas a los ojos, tocarnos y preguntarnos mutuamente ¿cómo está tu corazón?. Me estoy tomando tiempo para reflexionar sobre mi propia existencia; estoy lo suficientemente en contacto con mi propio corazón y alma para saber cómo me siento y para saber cómo expresarlo. |
6 consejos para dejar de complicarse la vida
1. Dale la importancia justa a las cosas
2. Perdónate y perdona a los demás 3. Desconecta de las preocupaciones 4. Aclara tus diferencias con los demás 5. Adopta frases de cabecera 6. Reconoce tus errores sin martirizarte y ríete de ti mismo Todos nos equivocamos, ¡no pasa nada!, tú también. Aprende de tus errores y continúa el camino. Cada fallo puede ser un aprendizaje y cada crisis una oportunidad. |
Indefensión aprendida
Sabiduría es también practicar el “desapego”
El desapego es una necesidad vital y parte de nuestro crecimiento personal. Es necesario dejar de reforzar relaciones que nos hacen daño, liberarnos de los excesos, de las dependencias… Es vivir en honestidad con nosotros mismos y con nuestro equilibrio emocional.
Practicar el desapego requiere ser consciente de todo aquello que no enriquece nuestra vida. Ahora bien… ¿Cómo romper entonces ese vínculo nutrido en el pasado por tantas y tantas emociones, sueños y esperanzas? Sé el artífice de tu propia vida, y de tu propia riqueza interior como persona. De este modo crearás vínculos más íntegros y maduros con quienes te rodean. |
1. Observa su trayectoria, pero no dejes que se instalen en tu pensamiento. De acuerdo, te pasan por la cabeza, pero salúdalos y deja que pasen; no permitas que se instalen. Y si es así, intenta dejar tu mente en blanco y respirar profundo, poner música, hablar con alguien cercano de lo que te está pasando en ese mismo momento por la cabeza…
Lo importante es no focalizar demasiado tu atención en ellos.
2. Intenta solucionar todo lo que esté en tu mano. Corrige tus errores sin martirizarte, todos nos equivocanos. No seas tan duro contigo mismo. Además, siempre puedes ver un error como una oportunidad para avanzar. Por lo tanto, busca alternativas.
3. Acepta tu vida y no idealices la de los demás. Por algo dicen que las comparaciones son odiosas. A todos nos ocurren cosas buenas y malas.
Cada uno vive su vida de acuerdo a sus experiencias y valores, aunque vivamos la misma situación para cada uno de nosotros tendrá un significado distinto.
4. No te encierres en ti mismo. Habla con quien bien te conoce. Rodéate de personas que te quieren y busca su cariño. No estás solo aunque lo creas. Recuérdalo siempre. Hay personas que aparecerán en tu vida que ni te imaginabas y que vendrán para ofrecerte todo en lo que habías dejado de creer.
5. No pienses que tu vida siempre es igual. La vida nos cambia a todos en un momento dado, tanto para lo bueno como para lo malo. Hoy estás abajo, se te han acumulado un montón de momentos malos que te han absorbido… pero mañana puedes estar arriba.Acepta la noria de la vida.
6.Empieza a aprender con inteligencia emocional. Hazlo como un propósito que te va a ayudar de verdad. Lee artículos sobre autoayuda o libros. Si tú quieres de verdad, puedes empezar a ver las cosas de otra manera con un poquito de ayuda. Deja que tu mente se abra a nuevas formas de pensar y ver la vida.
Lo importante es no focalizar demasiado tu atención en ellos.
2. Intenta solucionar todo lo que esté en tu mano. Corrige tus errores sin martirizarte, todos nos equivocanos. No seas tan duro contigo mismo. Además, siempre puedes ver un error como una oportunidad para avanzar. Por lo tanto, busca alternativas.
3. Acepta tu vida y no idealices la de los demás. Por algo dicen que las comparaciones son odiosas. A todos nos ocurren cosas buenas y malas.
Cada uno vive su vida de acuerdo a sus experiencias y valores, aunque vivamos la misma situación para cada uno de nosotros tendrá un significado distinto.
4. No te encierres en ti mismo. Habla con quien bien te conoce. Rodéate de personas que te quieren y busca su cariño. No estás solo aunque lo creas. Recuérdalo siempre. Hay personas que aparecerán en tu vida que ni te imaginabas y que vendrán para ofrecerte todo en lo que habías dejado de creer.
5. No pienses que tu vida siempre es igual. La vida nos cambia a todos en un momento dado, tanto para lo bueno como para lo malo. Hoy estás abajo, se te han acumulado un montón de momentos malos que te han absorbido… pero mañana puedes estar arriba.Acepta la noria de la vida.
6.Empieza a aprender con inteligencia emocional. Hazlo como un propósito que te va a ayudar de verdad. Lee artículos sobre autoayuda o libros. Si tú quieres de verdad, puedes empezar a ver las cosas de otra manera con un poquito de ayuda. Deja que tu mente se abra a nuevas formas de pensar y ver la vida.
Cómo son los amigos de verdad
Cómo evitar errores y malentendidos en la comunicación
La comunicación eficaz es fundamental para las relaciones humanas. A continuación, analizaremos cuáles son los errores más frecuentes que podemos cometer cuando nos relacionados con otros y veremos cómo solucionarlos.
Errores de comunicación que debes evitar:
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30 cosas que he aprendido antes de los 30
1. Que la vida no viene con manual de instrucciones, pero trae a una madre. 2. Que para ser viejo y sabio primero hay que ser joven y estúpido. 3. Que si es importante encontrarás tiempo, sino, encontrarás una excusa. 4. Que el destino decide quien entra en tu vida, pero tú decides quien se queda. 5. Que no se debe prometer cuando se está eufórico, tomar decisiones cuando se está triste ni discutir estando en caliente. 6. Que las series son como el sexo, en solitario está bien, pero acompañado es mejor. 7. Que no se puede ser feliz contando siempre las calorías. 8. Que si esperas por las condiciones perfectas al final no vas a hacer nada. |
9. Que lo que vas criticando por ahí sobre otros, dice más de ti que de los otros.
10. Que es mejor que te hieran con la verdad a que te consuelen con una mentira.
11. Que el sentido común no es tan común como parece.
12. Que el mejor ingrediente de una comida es la conversación.
13. Que una persona entusiasta encuentra oportunidades en todas partes.
14. Que cuando alguien te quiere se nota, y cuando no, se nota más.
15. Que si hablas, sólo repites lo que ya sabes, pero si escuchas, puedes aprender algo nuevo.
16. Que la vida no está pensada para ser vivida en un solo lugar.
17. Que más que lo que decimos o lo que pensamos, lo que nos define es lo que hacemos.
18. Que a veces lo más inteligente es hacerse el tonto.
19. Que no pasa nada por no caerle bien a todo el mundo, porque no todo el mundo importa.
20. Que viajar cuesta dinero, pero te hace más rico.
21. Que es mejor estar solo que mal acompañado.
22. Que si no trabajas para cumplir tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos.
23. Que pedir perdón es de inteligentes y perdonar es de sabios… pero mandar a la mierda a alguien a tiempo es de humanos.
24. Que las mejores cosas de la vida no son cosas.
25. Que todo tiene solución menos la muerte.
26. Que la amabilidad es una llave que abre puertas en todo el mundo.
27. Que la sangre te hace pariente, pero la lealtad te hace familia.
28. Que hay que poner punto final a algunos capítulos de nuestra vida para escribir nuevas y mejores historias.
29. Que la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes, esperado por el viernes, por el verano o… mirando el Facebook y el móvil.
30. Que nunca es tarde para reinventarse.
10. Que es mejor que te hieran con la verdad a que te consuelen con una mentira.
11. Que el sentido común no es tan común como parece.
12. Que el mejor ingrediente de una comida es la conversación.
13. Que una persona entusiasta encuentra oportunidades en todas partes.
14. Que cuando alguien te quiere se nota, y cuando no, se nota más.
15. Que si hablas, sólo repites lo que ya sabes, pero si escuchas, puedes aprender algo nuevo.
16. Que la vida no está pensada para ser vivida en un solo lugar.
17. Que más que lo que decimos o lo que pensamos, lo que nos define es lo que hacemos.
18. Que a veces lo más inteligente es hacerse el tonto.
19. Que no pasa nada por no caerle bien a todo el mundo, porque no todo el mundo importa.
20. Que viajar cuesta dinero, pero te hace más rico.
21. Que es mejor estar solo que mal acompañado.
22. Que si no trabajas para cumplir tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos.
23. Que pedir perdón es de inteligentes y perdonar es de sabios… pero mandar a la mierda a alguien a tiempo es de humanos.
24. Que las mejores cosas de la vida no son cosas.
25. Que todo tiene solución menos la muerte.
26. Que la amabilidad es una llave que abre puertas en todo el mundo.
27. Que la sangre te hace pariente, pero la lealtad te hace familia.
28. Que hay que poner punto final a algunos capítulos de nuestra vida para escribir nuevas y mejores historias.
29. Que la vida es eso que pasa mientras estás ocupado haciendo otros planes, esperado por el viernes, por el verano o… mirando el Facebook y el móvil.
30. Que nunca es tarde para reinventarse.
¡Atrévete a ser tu mismo!
Nuestra existencia nos importa, y más aún nos importa que nuestra existencia revele quienes somos realmente.
Si tenemos amor propio, queremos transmitir una imagen lo más veraz de nosotros mismos. Si nuestra autoestima es baja, vamos a querer disimular nuestro yo devaluado, y entraremos en un laberinto de miradas huidizas, posturas encorsetadas, trato superficial y relaciones fugaces y vacías. Esta falta de claridad sobre quién somos y qué queremos no solo se ve reflejada en lo complicado que puede hacerse en nuestra mente cualquier relación con el entorno, sino que también nos cuestionamos continuamente acerca de las decisiones tomadas. Pero debes caer en la cuenta de una cosa: a no ser que por circunstancias ajenas a ti te hayas envuelto en una situación que no querías… Todo lo que has decidido en esta vida, lo has decidido tú. Por menores y más tristes que nos pareciesen las opciones, tú escogiste una u otra. Llega un momento en el que debemos dejar de cuestionarnos con ese aire castigador. Toca reafirmarse, pero estando libres de cuestionamientos sobre nuestra existencia. Dos formas muy distintas de crecer, pero en una sabremos evitar el sufrimiento inútil por el sacrificio que vale la pena… Lograr vivir acorde con lo que valoramos. |
Estrategias transformadoras de la Programación Neurolingüística
La PNL o Programación Neurolingüística como una práctica de desarrollo o excelencia personal: conjunto de técnicas destinadas a analizar, codificar y modificar creencias y conductas por medio del estudio del lenguaje, tanto verbal como gestual y corporal.
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Método de la PNL
La PNL ha ocupado un lugar importante entre las disciplinas que asisten en la consecución de objetivos, de manera que muchos psicólogos, médicos y coaches la aplican en el ámbito del desarrollo personal de manera individual o grupal. Una de las bases de la PNL es la evidencia de que cada uno de nosotros construímos diferentes representaciones de la realidad a la que agregamos nuestras emociones y procesos del lenguaje.
Al modificar nuestras creencias y emociones, nuestra forma de expresarnos, también podemos cambiar la percepción de la realidad y la autoimagen que disponemos de nosotros mismos.
Por otro lado, la Programación Neurolingüística asegura que memoria e imaginación utilizan los mismos circuitos neurológicos y tienen, de esta forma, el mismo impacto en el ser humano.
1. Submodalidades o estilos de aprendizaje
Las submodalidades son variantes de los sistemas de representación, es decir, de la manera en la que nuestro cerebro codifica y clasifica una experiencia. Existen tres tipos: visuales (color, distancia, profundidad, claridad, contraste y luminosidad), auditivas (volumen, tono, ritmo y pausas) y kinestésicas (temperatura, vibración, textura, presión, movimiento y peso).
Todos estos matices nos servirían para, a través de la imaginación, poder cambiar las características de los recuerdos que hemos editado como una película de nuestra vida y modificar así, por ejemplo, la memoria de una infancia infelizOtra manera de aplicarlas sería mediante la “disociación”. Nos trasladamos al momento en el que vivimos una experiencia desagradable, sentimos el tacto que tenía un objeto o vemos lo que estaba sucediendo, para después disociarnos, salir de la situación y mirarla como si estuvieramos fuera de ella, observándonos a nosotros mismos.
Para la PNL, el objetivo de disociar es quitar el poder emocional a la vivencia que hemos experimentado. Así, la experiencia pierde fuerza, se desvincula del sufrimiento e incluso se puede asociar a un momento placentero.
2. Técnica de anclaje
En el proceso de la técnica de anclaje, un estímulo externo o “ancla” se asocia con una conducta positiva que se desee adquirir. Las anclas pueden ser palabras, gestos, olores o colores que nos transporten a un estado mental positivo.
Un ejemplo de este anclaje sería asociar el gesto de tocarse la oreja con sentirse bien para que, en momentos de crisis o dificultades, con ese pequeño gesto, pudiéramos recuperar el bienestar y sentirnos mejor.
3. Reencuadre
El reencuadre, en PNL, consiste en modificar el marco de referencia en el que una persona vive la situación para cambiar su significado y, por lo tanto, el estado emocional y la conducta que en principio lo acompañaban. Es ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, encontrar una arista inesperada en la situación que consigue revertir su impacto y positivizarlo.
4. Calibración
Esta estrategia consiste en reconocer el estado mental del individuo a través de su comportamiento verbal y no verbal, es decir, si está triste, enfadado o incluso si esta mintiendo. Fijándonos en su comportamiento podremos conocer mejor al otro y ayudarle en su proceso de cambio.
5. Modelaje
Con el modelaje se llega a determinar cómo actuaron otras personas para lograr el éxito en algún área de su vida y poder imitarlas. Con la técnica del modelaje lo que se intenta es la creación de una representación lo más fiel posible de otra persona, sobre todo de sus comportamientos para poder conseguir algo.
6. Inducción
Con la técnica de la inducción, se guía a las personas hacia ciertos estados emocionales para modificar situaciones dolorosas. Ya sea inducir sensaciones de malestar que concuerden con la experiencia que vivieron o sensaciones placenteras para poder afrontar sus miedos y preocupaciones en relación con dichas situaciones.
7. Sincronización
La sincronización sería como una empatía profunda, mediante la cual se comprenden los sentimientos ajenos hasta crear una fuerte vinculación entre el nivel consciente e inconsciente del interlocutor. Esta técnica sirve para optimizar las comunicaciones interpersonales.
8. Relajación
Por último, la PNL considera la relajación una herramienta eficaz para aliviar tensiones, ampliar la conciencia y liberar el espíritu. Relajarnos siempre viene bien para afrontar nuestro día a día.
Con estas estrategias, la PNL persigue una una transformación personal que eleve la autoestima, incremente la capacidad creativa y nos ayude a expresarnos de manera más satisfactoria mejorando las relaciones con los demás.
La PNL ha ocupado un lugar importante entre las disciplinas que asisten en la consecución de objetivos, de manera que muchos psicólogos, médicos y coaches la aplican en el ámbito del desarrollo personal de manera individual o grupal. Una de las bases de la PNL es la evidencia de que cada uno de nosotros construímos diferentes representaciones de la realidad a la que agregamos nuestras emociones y procesos del lenguaje.
Al modificar nuestras creencias y emociones, nuestra forma de expresarnos, también podemos cambiar la percepción de la realidad y la autoimagen que disponemos de nosotros mismos.
Por otro lado, la Programación Neurolingüística asegura que memoria e imaginación utilizan los mismos circuitos neurológicos y tienen, de esta forma, el mismo impacto en el ser humano.
1. Submodalidades o estilos de aprendizaje
Las submodalidades son variantes de los sistemas de representación, es decir, de la manera en la que nuestro cerebro codifica y clasifica una experiencia. Existen tres tipos: visuales (color, distancia, profundidad, claridad, contraste y luminosidad), auditivas (volumen, tono, ritmo y pausas) y kinestésicas (temperatura, vibración, textura, presión, movimiento y peso).
Todos estos matices nos servirían para, a través de la imaginación, poder cambiar las características de los recuerdos que hemos editado como una película de nuestra vida y modificar así, por ejemplo, la memoria de una infancia infelizOtra manera de aplicarlas sería mediante la “disociación”. Nos trasladamos al momento en el que vivimos una experiencia desagradable, sentimos el tacto que tenía un objeto o vemos lo que estaba sucediendo, para después disociarnos, salir de la situación y mirarla como si estuvieramos fuera de ella, observándonos a nosotros mismos.
Para la PNL, el objetivo de disociar es quitar el poder emocional a la vivencia que hemos experimentado. Así, la experiencia pierde fuerza, se desvincula del sufrimiento e incluso se puede asociar a un momento placentero.
2. Técnica de anclaje
En el proceso de la técnica de anclaje, un estímulo externo o “ancla” se asocia con una conducta positiva que se desee adquirir. Las anclas pueden ser palabras, gestos, olores o colores que nos transporten a un estado mental positivo.
Un ejemplo de este anclaje sería asociar el gesto de tocarse la oreja con sentirse bien para que, en momentos de crisis o dificultades, con ese pequeño gesto, pudiéramos recuperar el bienestar y sentirnos mejor.
3. Reencuadre
El reencuadre, en PNL, consiste en modificar el marco de referencia en el que una persona vive la situación para cambiar su significado y, por lo tanto, el estado emocional y la conducta que en principio lo acompañaban. Es ver el vaso medio lleno en lugar de medio vacío, encontrar una arista inesperada en la situación que consigue revertir su impacto y positivizarlo.
4. Calibración
Esta estrategia consiste en reconocer el estado mental del individuo a través de su comportamiento verbal y no verbal, es decir, si está triste, enfadado o incluso si esta mintiendo. Fijándonos en su comportamiento podremos conocer mejor al otro y ayudarle en su proceso de cambio.
5. Modelaje
Con el modelaje se llega a determinar cómo actuaron otras personas para lograr el éxito en algún área de su vida y poder imitarlas. Con la técnica del modelaje lo que se intenta es la creación de una representación lo más fiel posible de otra persona, sobre todo de sus comportamientos para poder conseguir algo.
6. Inducción
Con la técnica de la inducción, se guía a las personas hacia ciertos estados emocionales para modificar situaciones dolorosas. Ya sea inducir sensaciones de malestar que concuerden con la experiencia que vivieron o sensaciones placenteras para poder afrontar sus miedos y preocupaciones en relación con dichas situaciones.
7. Sincronización
La sincronización sería como una empatía profunda, mediante la cual se comprenden los sentimientos ajenos hasta crear una fuerte vinculación entre el nivel consciente e inconsciente del interlocutor. Esta técnica sirve para optimizar las comunicaciones interpersonales.
8. Relajación
Por último, la PNL considera la relajación una herramienta eficaz para aliviar tensiones, ampliar la conciencia y liberar el espíritu. Relajarnos siempre viene bien para afrontar nuestro día a día.
Con estas estrategias, la PNL persigue una una transformación personal que eleve la autoestima, incremente la capacidad creativa y nos ayude a expresarnos de manera más satisfactoria mejorando las relaciones con los demás.
Ser extranjero en tu propia casa
No tanto las diferencias, sino la manera en que se abordan, pueden dar lugar a muchas situaciones. Si se sortean con inteligencia, amor y tolerancia, permite que todos crezcan en conjunto. Si, por el contrario, dan lugar a críticas, juicios continuos y falta de aceptación y de respeto con “el diferente”, originan grandes conflictos en la vida de las personas.
La familia puede ser una estructura rígida o flexible. Si el lazo más fuerte entre sus miembros es el conflicto, con seguridad todos serán más intolerantes y defensivos. En cambio, cuando el afecto es la nota predominante en los vínculos familiares, hay mayor amplitud mental y mejor disposición para aceptar y asumir las diferencias. Cuando las personas tienen un carácter frágil y se sienten dominadas por la inseguridad y la duda, tienen enorme dificultad para acoger la diferencia. Cualquier idea, actitud o forma de actuar que no sea similar a las suyas representa una amenaza o una afrenta. |
Ser extranjero en tu propia casa es una condición compleja y altamente vulnerable. En casos graves, el único camino que te queda es marcar una ruptura con tu familia para poder encontrar un lugar en el mundo y ganar respeto frente a lo que eres, piensas y/o sientes.
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5 claves para frenar las relaciones tóxicas en la familia
1. Poniéndonos en el lugar del otro: la empatía
2. Respetando la intimidad, el espacio y el tiempo de cada relación 3. Siendo respetuosos y manteniendo las formas 4. Siendo asertivos y utilizando las palabras mágicas 5. Siendo pacientes |
Mi consejo es que te largues
Que te largues. A otro lugar, a otro corazón,a otros labios, a otro país, a otra casa, a otro trabajo. Que te largues, y que te largues lejos. De lo que te hace sufrir, de lo que huele a viejo, de lo que ya no usas, de lo que no te aúlla dentro como mil bocas de lobo en mitad de la noche. Que te vayas. De lo que sobra, de lo que no te empuja hacia adelante, de lo que no brilla, de lo que es rancio y tiene un sabor amargo, como el portazo que se le da a un círculo que se cierra o la despedida que se cuela entre los dedos cuando ya no puede avivarse lo que está muerto.
Que te empeñas en quedarte donde ya no te quieren, por el ‘tal vez’, el ‘ojalá’, el ‘y si mañana’. Lloriqueando en los rincones, los corazones, escupiendo -y esculpiendo- lágrimas y haciendo obras maestras con un dolor que ya no te pertenece. Porque sí y porque no vamos a engañarnos a estas alturas. Que nos faltan pelotas y nos sobran motivos para largarnos. De aquí, de allí, del ‘ya veremos’, del ‘quizás más adelante’.
Que no nos alejamos porque no (nos) queremos y porque estamos hechos de piedra en lugar de precipicio. Impregnados en silencio, en condescencia nuestra y ajena, de conformismo y de pasado. Y las risas, y el movimiento, y la vibración para el de al lado, que a nosotros nos pesa demasiado eso de decidir empezar la vida porque no vaya a ser que me dé un guantazo y entonces la liemos.
Que te repito: que te compres el billete, que dejes el frío y que vivas. Que te alejes. De la sombra de tu sombra, de la opinión de la masa, de las preguntas intrusas, del silencio dilatado, del veneno y los estómagos vacíos. Que busques y que encuentres, que no te vacíes y que si saltas lo hagas sabiendo que puedes estamparte.
Porque si te quedas, si finalmente decides que no te largas y te quedas, porque estás inmóvil esperando sin conciencia y sin supervivencia, arrastrado y exhausto quejándote de lo que no te gusta, entonces te mueres y de ahí ya no sales.
Y si de ahí ya no sales, te lo prometo, entonces te lo pierdes.
Que te empeñas en quedarte donde ya no te quieren, por el ‘tal vez’, el ‘ojalá’, el ‘y si mañana’. Lloriqueando en los rincones, los corazones, escupiendo -y esculpiendo- lágrimas y haciendo obras maestras con un dolor que ya no te pertenece. Porque sí y porque no vamos a engañarnos a estas alturas. Que nos faltan pelotas y nos sobran motivos para largarnos. De aquí, de allí, del ‘ya veremos’, del ‘quizás más adelante’.
Que no nos alejamos porque no (nos) queremos y porque estamos hechos de piedra en lugar de precipicio. Impregnados en silencio, en condescencia nuestra y ajena, de conformismo y de pasado. Y las risas, y el movimiento, y la vibración para el de al lado, que a nosotros nos pesa demasiado eso de decidir empezar la vida porque no vaya a ser que me dé un guantazo y entonces la liemos.
Que te repito: que te compres el billete, que dejes el frío y que vivas. Que te alejes. De la sombra de tu sombra, de la opinión de la masa, de las preguntas intrusas, del silencio dilatado, del veneno y los estómagos vacíos. Que busques y que encuentres, que no te vacíes y que si saltas lo hagas sabiendo que puedes estamparte.
Porque si te quedas, si finalmente decides que no te largas y te quedas, porque estás inmóvil esperando sin conciencia y sin supervivencia, arrastrado y exhausto quejándote de lo que no te gusta, entonces te mueres y de ahí ya no sales.
Y si de ahí ya no sales, te lo prometo, entonces te lo pierdes.